El planeta imaginario era una especie de nave que atravesaba galaxias que la llenaban de personajes y colores...
Era droga para los niños e inspiraba en cierta manera a hacer manualidades y desarrollar un interés por las artes plásticas.
El mundo tal vez es una nave en la que estamos al mando y tenemos por compañeros de viaje gente que también la dirigen en la misma dirección el tiempo que comparten en nuestra vida.
Todos queremos vivir bien pero igual no es eso lo que necesitamos sino sanar entender mejor y aprender o recordar.
Recordar es una forma de regresar y retomar nuestro poder.
Pues nunca hemos necesitado nada de lo que estabamos persiguiendo ya que muchas cosas son simplemente ilusiones.
Algunas tradiciones espirituales afirman que no somos el cuerpo sino el espacio donde suceden las cosas y que la esencia nunca es dañada.
El dolor y daño que nos hicieron no forma parte de nosotros sino de los agresores y a ellos ha de volver cuando dejas de aferrarte a ese dolor para definir quien eres.