Empecé a interesarme por
aprender a tocar sobre los diez años (me inicié con el teclado,
aunque pronto me pasé a la guitarra también) y recibí algunas
clases de solfeo sobre los 13, pero no fue hasta los 28 (allá por el
2007) que empecé a tocar más de seguido en directo con el grupo
Intravisión.
Antes había dado algunos
conciertos y estado en algún grupo que se formaba tan rápido como
se deshacía, pero, desde que fundé
Intravisión, he participado en varios proyectos musicales
como compositor y cantante: Imago y, más recientemente, en Nube9,
grupos que siguen, más o menos, una misma linea. También colaboré
en otras bandas, como Ricochet y Copenhague en Bicicleta.
Nube9 ahora nos
encontramos en un parón, pero, justo antes de formarse Nube9, di
algunos conciertos como cantautor, que es lo que planeo volver a
hacer ahora.
Muchas de las canciones
que escribo son poesías escritas al mismo tiempo que la música que
las acompaña, lo que es, a mi modo de ver, cómo mejor queda una
canción. En cuanto al tipo de letras de las canciones, intento no
contar historias concretas: prefiero que queden abiertas a la
interpretación del oyente.
La música para mi es algo
extraño y natural a la vez: estoy seguro de que es algo que no hemos
inventado y forma parte de nosotros mismos. Sigue sus propias
reglas, y es tan abstracta que solamente se puede relacionar con los
sentimientos: lo que sería una pintura realista o una fotografía a
la realidad, la música lo sería a los sentimientos y emociones. Es
una forma de comunicación y expresión: un sonido puede hacer
resonar todo lo que contenga su longitud de onda, y una canción
puede despertar sentimientos que nunca pensaste que tenías.